La
nueva novela histórica (frag)
RASGOS DE LA NUEVA NOVELA HISTÓRICA
Sea 1949, 1974, 1975 o 1979 el año
oficial del nacimiento de la NNH, no cabe ninguna duda de que fue engendrada
principalmente por Alejo Carpentier con apoyo muy fuerte de Jorge Luis Borges,
Carlos Fuentes y Augusto Roa Bastos, y que se distingue claramente de la novela
histórica anterior por el conjunto de seis rasgos que se observan en una
variedad de novelas desde la Argentina hasta Puerto Rico, con la advertencia de
que no es necesario que se encuentren los seis rasgos siguientes en cada
novela:
1. La subordinación, en distintos
grados, de la reproducción mimética de cierto periodo histórico a la
presentación de algunas ideas filosóficas, difundidas en los cuentos de Borges (12) y aplicables a todos
los períodos del pasado, del presente y del futuro. Con base en el “Tema del traidor y del héroe”
(1944) y la “Historia del guerrero y la cautiva” (1949), pero aun en algunos
cuentos del tomo Historia universal de la
infamia (1935), las ideas que se destacan son la imposibilidad de conocer
la verdad histórica o la realidad; el carácter cíclico de la historia y, paradójicamente,
el carácter imprevisible de ésta, o sea que los sucesos más inesperados y más
asombrosos pueden ocurrir.
2. La distorsión consciente de la
historia mediante omisiones, exageraciones y anacronismos.
3. La ficcionalización de personajes
históricos a diferencia de la fórmula de Walter Scott –aprobada por Lukács- de
protagonistas ficticios. Por cierto que
los protagonistas de algunas de las NNH más conocidas de la última década son
Cristóbal Colón, Magallanes, Felipe II, Goya, Francisco de Miranda, Maximiliano
y Carlota y Santos Dumont. Dicho de otro
modo, mientras los historiadores del siglo XIX concebían la historia como
resultado de las acciones de los grandes emperadores, reyes u otros líderes,
los novelistas decimononos escogían como protagonistas a los ciudadanos
comunes, los que no tenían historia. En cambio, mientras los historiadores de
orientación sociológica de fines del siglo XX se fijan en los grupos
aparentemente insignificantes para ampliar nuestra comprensión del pasado
–véase Down and Dirty. Paris Sewers and
Sewermen (“Abajo y sucios. Las
alcantarillas y los alcantarilleros de París”) (1991) de Donald Reid-, los
novelistas de fines del siglo gozan retratando sui generis a las personalidades históricas más destacadas.
4. la metaficción o los comentarios
del narrador sobre el proceso de
creación. Aunque Robert Alter en su libro Partial
Magic: the Novel as Self-Conscious Genre (“La magia parcial: la novela como
género autoconsciente”) (1975) identifica este rasgo con algunas de las novelas
más canónicas del mundo entero remontándose a los siglos XVII y XVIII como Don Quijote y Tristram Shandy, no se le puede negar a Borges su influencia en
poner de moda las frases parentéticas, el uso de la palabra “quizás” y sus
sinónimos, y las notas, a veces apócrifas, al pie de página.
5. La intertextualidad. Desde que García Márquez sorprendió a los
lectores de Cien años de soledad con
la introducción inesperada de personajes novelescos de Carpentier, Fuentes y
Cortázar, la intertextualidad se ha puesto muy de moda tanto entre los teóricos
como entre la mayoría de los novelistas.
Aunque el concepto teórico fue elaborado primero por Bajtín, se difundió
más en los escritos de Gérard Genette y Julia Kristeva. Ésta escribe que “todo
texto se arma como un mosaico de citas; todo texto es la absorción y la
transformación de otro. El concepto de la intertextualidad reemplaza a aquel de
la entresujetividad, y el lenguaje
poético tiene por lo menos dos maneras de leerse”. Las alusiones a otras obras,
a menudo explícitas, se hacen frecuentemente en tono de burla como en Los perros del Paraíso de Abel Posse.
El ejemplo extremo de la
intertextualidad es el palimpsesto, o la re-escritura de otro texto, como La guerra del fin del mundo de Vargas
Llosa, re-escritura en parte de Os
Sertões de Euclides da Cunha; o El
mundo alucinante (1969) de Reinaldo Arenas, re-escritura de las Memorias de fray Servando Teresa de
Mier; o Em liberdade (1981) de
Silviano Santiago, continuación apócrifa de
Memórias do cárcere (1953) de Graciliano Ramos.
6. Los conceptos bajtinianos de lo
dialógico, lo carnavalesco, la parodia y la heteroglosia. De acuerdo con la
idea borgeana de que la realidad y la verdad histórica son inconocibles, varias
de las NNH proyectan visiones dialógicas al estilo de Dostoievski (tal como lo
interpreta Bajtín), es decir, que proyectan dos interpretaciones o más de los
sucesos, los personajes y la visión del mundo.
El concepto de lo carnavalesco que
desarrolló Bajtín en sus estudios sobre Rabelais prevalece en varias de las
NNH: las exageraciones humorísticas y el énfasis en las funciones del cuerpo
desde el sexo hasta la eliminación. Hay
que notar, sin embargo, que la difusión de lo carnavalesco se debe más al
ejemplo de Cien años de soledad que a
las teorías de Bajtín. El narrador de
esa novela no sólo describe gráficamente escenas de glotonería y de exagerada
potencia sexual, sino también reconoce explícitamente su deuda a Rabelais
cuando el personaje Gabriel sale de Macondo para París “con dos mudas de ropa,
un par de zapatos y las obras completas de Rabelais”. La influencia de Bajtín no se dejó sentir en
la América Latina hasta unos años después.
Tal vez el primer autor latinoamericano en mencional a Bajtín fue Severo
Sarduy en Escrito sobre un cuerpo
(1969). No se publicaron sus obras en
español hasta la década de los setenta y tal vez el primer estudio crítico
hispánico sobre Bajtín no se publicó hasta 1979 en la Revista Iberoamericana: “Carnaval/Antropofagia/Parodia” de Emir
Rodríguez Monegal.
Los aspectos humorísticos de lo
carnavalesco también se reflejan en la parodia, uno de los rasgos más
frecuentes de la NNH y que Bajtín considera “una de las formas más antiguas y
más difundidas por representar directamente las palabras ajenas”.
El cuarto de los conceptos
bajtinianos que aparece a menudo en la NNH es la heteroglosia, o sea la
multiplicidad de discursos, es decir, el uso consciente de distintos niveles o
tipos de lenguaje.
Además de esos seis rasgos, la NNH se
distingue de la novela histórica tradicional por su mayor variedad. El alto nivel de historicidad de Yo el Supremo, El mar de las lentejas y Noticias del imperio distingue a estas
tres novelas de otras donde el autor le da más soltura a su imaginación, como
las novelas seudohistóricas Terra nostra
y Los perros del Paraíso, o las
totalmente apócrifas como La renuncia del
héroe Baltasar (1974) y La noche
oscura del niño Avilés (1984) de Edgardo Rodríguez Juliá. El alternar entre dos periodos cronológicos
bastante separados en El arpa y la
sombra, La tejedora de coronas, Juanamanuela, mucha mujer (1980) de Martha
Mercader y Maluco (1989) de Napoleón
Baccino Ponce de León marca una diferencia clara, por una parte, de la
concentración en un solo periodo histórico muy específico como La guerra del fin del mundo y, por otra,
de un anacronismo desfachatado como Los
perros del Paraíso. En algunos casos
la representación del pasado encubre comentarios sobre el presente (La guerra del fin del mundo y Los papeles de los Ayarza -1988-, de
Juan Carlos Legido, mientras en otros la evocación del pasado tiene muy poco
que ver con el presente (Noticias del
impero y Maluco). Las novelas históricas detectivescas como Volavérunt (1980) de Antonio Larreta y Castigo divino (1988) de Sergio Ramírez,
con un número relativamente reducido de personajes, distan mucho de las novelas
panorámicas, muralísticas y enciclopédicas como Terra Nostra, La tejedora de coronas y Noticias del imperio. Además de Cristóbal Colón en El arpa y la sombra, los protagonistas
de las novelas autobiográficas apócrifas abarcan toda una gama desde santa
Teresa en Morada interior (1972) de
Angelina Muñiz hasta el conquistador feroz en Diario maldito de Nuño de Guzmán.
(12) La
importancia irónica de Borges, que nunca publicó ninguna novela como gran
fuente de inspiración para la NNH, se refuerza en el plano internacional por su
presencia en El nombre de la rosa (1980)
del teórico italiano Umberto Eco.
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